1. Las prisas nunca son buenas
Hacer galletas decoradas es una tarea que requiere tiempo y paciencia. Las prisas aquí solo nos sirven para caer en errores básicos y no llegar conseguir el resultado deseado. Intenta planificar el número de galletas que quieres decorar acorde al tiempo que tienes. Si son demasiadas intenta no ir con prisas y respetar, sobretodo, los tiempos de secado necesarios para que la glasa no acabe en un desastre.
2. Mezcla con mimo los colorantes
Este es uno de los típicos errores que se nos suele pasar por alto. Cuando los colores no están bien mezclados pueden aparecer betas marmoladas en la glasa. Además, si utilizamos colorante en pasta, pueden aparecer grumos que obstruyan la boquilla de nuestra manga o incluso rompan con la textura lisa de nuestra galleta.
3. Cuidado con pasarse al batir el glaseado
Al preparar la glasa, muchas veces caemos en el error de pasarnos con los tiempo en la batidora. Estar batiendo demasiado tiempo la glasa puede hacer que se formen burbujas de aire que luego nos fastidiarán el resultado. Lo malo de estas burbujitas es que, mientras la aplicamos, no suelen dejarse ver, aparecen una vez que la glasa se vaya secando, dejando una textura no deseada que afecta a la consistencia de la glasa. ¿Sabes el tiempo ideal para evitar que ocurra esto? No te preocupes, lo ideal es batir con pala a velocidad mínima durante 7 u 8 minutos como máximo.
4. Consistencia de la glasa, la clave del éxito
Este momento es clave a la hora de decorar las galletas. Recuerda que puedes utilizar diferentes consistencias según la finalidad, no llevará la misma cantidad de agua si queremos rellenar que si queremos hacer delineado o pequeños detalles.
Recuerda también, que en la cantidad de agua está la clave, si nos pasamos recuperarla puede costarnos muchísimos quebraderos de cabeza.
Por ello, si aún no controlas demasiado bien las consistencias, no te preocupes. Al mezclar la glasa con el agua pasaremos un palillo por la superficie para separar la mezcla, contaremos los segundos que tarda en mezclarse. Para conseguir la glasa perfecta para delineado tiene que tardar unos 20-25 segundos, en cambio, para conseguir glasa de relleno tendrá un tiempo de 13-15 segundos.
5. La humedad, principal enemigo de las galletas
Trabajar en un lugar muy húmedo puede hacer que nuestra glasa tarde demasiado en secarse. Los días de lluvia tampoco nos vienen nada bien. Por ello, lo ideal es planificarnos con tiempo para realizar nuestras galletas en días con mejor clima. En el caso de no poder controlarlo, un deshumidificador o el aire acondicionado nos ayudarán a acabar con la humedad.
Recuerda que para que la glasa quede con el color deseado y no se aclare, es indispensable guardarlas en un lugar hermético que esté a salvo de la humedad. Con las mangas pasteleras con glasa tendremos que hacer lo mismo y cubrirlas bien con papel film para evitar que en la vía de salida de la manga se creen tapones.
¿Sabes cuál es mi receta para hacer galletas con glasa?
Muy fácil, apunta:
1 clara de huevo
250 gr de azúcar impalpable
Esencia de limón o tu favorito.
Y, como no, mi último consejo. ¡Practica mucho y ten paciencia! Estoy segura que a base de practicar y hacer galletas una y otra vez conseguirás dominar la técnica y sabrás cómo decorar galletas con glasa. No te frustres si no te salen a la primera, recuerda que nadie nace sabiendo. Ánimo y… ¡manos a la glasa!